Aunque la Verónica no figura en el martirologio romano, la que supuestamente limpió el rostro de Jesús, camino del Calvario, ha sido objeto de una gran veneración popular a partir de finales del Medievo. Leyenda, pues, de una santa ficticia que los Apócrifos identifican con la Heomorroisa, la mujer que sanara con el roce de la túnica del Señor.

Nuestra imagen, obra anónima del siglo XVIII, se muestra de pie, luciendo una toca sobre el rostrillo, y vestido negro de terciopelo, sosteniendo en sus manos un paño alargado, de color hueso, en el que aparecen tres láminas, al óleo, con el rostro de Jesús, coronado de espinas.

El primer dato documental en nuestra Semana Santa es de 1665. Oculta por una familia desde 1936, para evitar su destrucción durante la Guerra Civil, volvió a desfilar procesionalmente en 1985, portada por hermanas costaleras. A los dos años, tras la construcción de su nueva ermita en las Cruces, inicia la procesión del Viernes Santo en las primeras horas de la mañana, desde este bello paraje del Calvario alcalaíno.